Estrechar vínculos entre la biblioteca y el gobierno local, sus autoridades y estructura de gestión, y generar una relación de trabajo colaborativo en torno al proyecto.
Al poner en marcha el proyecto, uno de los focos de la iniciativa, sea cual sea su objetivo y temática específicos, será lograr estrechar vínculos con el gobierno local y generar una relación de trabajo colaborativo. En el paso 4 ya hemos identificado a los posibles aliados en el municipio, ahora es necesario acercarse a ellos y avanzar en el trabajo conjunto.
Es fundamental destacar que en los pasos previos, especialmente en el de planificación participativa del proyecto, los aliados se han ido involucrando en mayor o menor medida a la propuesta de la biblioteca y, por lo tanto, ahora se trata de profundizar y formalizar los términos concretos de la articulación. Mientras antes se haya contactado al actor en el proceso de la iniciativa, más posibilidades de conseguir su interés y compromiso, lo que puede ser determinante, pues el trabajo colaborativo supone la existencia de intereses compartidos, objetivos comunes y co-responsabilidad entre los actores. Para lograr aquello, la incorporación de los aliados en las etapas iniciales de formulación del proyecto demuestra que interesa sumarlos no sobre algo “ya decidido” sino que a algo “en construcción”.
La experiencia indica que contar con apoyo formal y colaboración del municipio es indispensable para el éxito de la iniciativa. Este apoyo se da en dos niveles: (i) a nivel político, es decir, del alcalde y del concejo municipal o su equivalente; y (ii) a nivel de la estructura municipal, los funcionarios y técnicos que operan la gestión municipal en los ámbitos de interés de la iniciativa.
Para lograr el respaldo del alcalde, es importante realizar acciones para que la autoridad reconozca y valore la biblioteca en su realidad y potencialidad. La biblioteca es un espacio de encuentro con la comunidad, y así lo experimenta la ciudadanía, sin embargo, muchas veces los alcaldes no la visualizan así. Por ello, se debe mostrar la biblioteca como aquel espacio lleno de potencialidades con miras a generar un vínculo más cercano entre municipio y comunidad. También la biblioteca es un lugar que puede servir a los departamentos y unidades municipales en su gestión cotidiana, no sólo como espacio físico (el uso de sus instalaciones para reuniones o actividades), sino como lugar de circulación de información desde y hacia la comunidad.
En este sentido, la visibilidad que se pueda dar a la biblioteca, sus instalaciones y servicios, y la oferta de disponibilidad que se haga a las demás instancias municipales, pueden ser un primer paso. Es importante, eso sí, que no se entienda que es “sólo un espacio disponible”, pues la idea es que se pueda avanzar a partir de iniciativas conjuntas, en las que el equipo de la biblioteca tiene ideas y capacidad de propuesta.
Por otro lado, es importante relevar con la autoridad la existencia de un proyecto bien fundamentado y formulado con la comunidad, de modo participativo, con legitimidad, el que se puede presentar y defender con claridad ante actores del municipio. Un proyecto con respaldo ciudadano genera más apoyo y compromiso.
Otros factores también facilitan el logro de apoyo:
La vinculación puede cobrar diversas formas:
El trabajo colaborativo supone una coordinación regular y una puesta en común de intereses y objetivos. Todas las partes deben sentir que actuando en conjunto los resultados son mejores que no haciéndolo. Esto es importante, porque pueden darse situaciones en las que uno de los actores cobra protagonismo y deja a los demás en una posición secundaria o invisibilizada, cosa que hay que evitar que suceda.
Los productos de este paso pueden ser:
El equipo de Recoleta configuró un equipo coordinado y colaborativo en torno de la temática de la población migrante en la comuna. Junto a la oficina del programa migrantes de la municipalidad, la biblioteca dio respuesta a un tema que es prioridad en la agenda local y en la que hay voluntad política para realizar acciones. A la comunalidad de intereses temáticos, se suma la maduración de los procesos participativos desarrollados en la comuna que, al ser también parte de la impronta de la autoridad local, facilita que las distintas unidades o departamentos asuman el enfoque participativo dentro de sus acciones.
En Quemchi y Doñihue, las encargadas de las respectivas bibliotecas tienen una larga trayectoria como agentes de desarrollo local, siendo conocidas y valoradas en sus comunas, además de haber sido premiadas en distintas instancias relacionadas con la gestión bibliotecaria y el trabajo comunitario.
Su liderazgo y reconocimiento no sólo abre puertas, sino que también otorga una base de confianza a la autoridad y a los funcionarios para comprometerse en la iniciativa que están impulsando.
En Coyhaique el proyecto abarcó a cuatro bibliotecas ubicadas en localidades aisladas de la comuna. Las características de dispersión geográfica y las limitaciones del municipio para tener presencia efectiva en todas las localidades, hicieron que desde la Dirección de Desarrollo Comunitario se visualizara a las bibliotecas como polos vinculantes con el municipio. Incluso, se proyectó a sus encargadas como delegadas municipales, con el rol de hacer de puente de información entre la comunidad de dichas localidades y el municipio, lo que estrechó su relación con la Dirección de Desarrollo Comunitario y favoreció la imagen de pertenencia institucional en las zonas aisladas.