Conocer a los actores relevantes en el territorio para la construcción de redes, generación de alianzas y elaboración de estrategias para promover la articulación local y la participación ciudadana.
Las bibliotecas públicas suelen ser centros de reunión o puntos de referencia en los territorios, localidades o comunas. Cada biblioteca se vincula con su entorno estableciendo relaciones particulares con cada una de las personas, organizaciones, instituciones o empresas, generando dinámicas específicas en su vinculación con la comunidad local. A su vez, cada territorio tiene su historia política, ciudadana, cultural y económica que va definiendo las características de los vínculos sociales presentes y que son fundamentales para gestionar procesos de desarrollo local y fomentar la participación ciudadana.
Conocer a los actores relevantes del territorio implica realizar una mirada orientada a visualizar la trama social existente e identificar a los posibles aliados y también a los posibles actores resistentes frente al desarrollo de las iniciativas impulsadas por la biblioteca. La identificación de personas, organizaciones, instituciones o empresas que tienen un rol protagónico a nivel local o que pueden tenerlo, resulta sumamente relevante.
El ejercicio de conocer a los actores y la red de vínculos sociales del territorio tiene al menos tres dimensiones:
Las primeras dos dimensiones pueden ser abordadas mediante el mapeo de actores: El mapeo de actores es un instrumento que permite conocer quiénes son las personas, organizaciones e instituciones de un lugar, que son de relevancia según el objetivo que se quiera desarrollar. “El método se presta a propósitos interactivos, estratégicos, de análisis y de planificación. El mapa de actores en la estrategia de incidencia política es sólo un instrumento que ayuda al análisis político para la incidencia, ya que su mayor o menor utilidad dependerá de quien lo administre y de la forma en que lo haga” (Fundación Presencia, 2001).
En todo territorio hay actores que por su posición, rol o trayectoria, ocupan un lugar protagónico en las dinámicas locales. ¿Quiénes son las personas, organizaciones, instituciones públicas o empresas relevantes en los temas identificados en la agenda local? Se expone a continuación un ejemplo en el ámbito del tema medioambiental.
Ya con un listado de personas y representantes de distintas organizaciones e instituciones se recomienda precisar la información. El mapeo puede realizarse según diversos criterios. En este caso, queremos visualizar a los actores dentro de una red de trabajo para el desarrollo de un proyecto de articulación local y fomento de la participación ciudadana, y la sugerencia es clasificarlos simplemente en términos de su interés y disposición a formar alianzas con la biblioteca. Para ello, los ubicamos en un esquema según (a) interés en la(s) iniciativa(s) impulsada(s) por la biblioteca y (b) disposición a sumarse activamente a la(s) iniciativa(s). Es importante rescatar ambas posiciones, pues algunos serán aliados activos y comprometidos y otros estarán menos involucrados, pero dado su interés podrán apoyar de distinta forma y características durante el desarrollo del proyecto.
Otros mapas más complejos distinguen a los actores según (a) su posición; (b) interés; e (c) influencia. En los recursos y herramientas que se indican más abajo, se puede acceder a mayor detalle sobre otros mapeos.
El interés de los actores se entiende como su actitud frente a la iniciativa asociada a los deseos de que se lleve a cabo. Así, algunos actores estarán muy interesados, como por ejemplo, la administración de la reserva ambiental ubicada en la comuna –que será la más interesada-; otros tendrán mucho interés, como la CONAF; otros tendrán un interés moderado, como los centros educativos; y otros podrían tener poco o ningún interés (empresarios de diferentes rubros productivos). La estrategia en este punto será procurar mantener y reforzar el interés de los ya interesados, y seducir y motivar a los que no estén interesados.
La “disposición de los actores a sumarse” se entiende como la probabilidad de que se involucren activamente en la iniciativa, colaborando y asumiendo compromisos para el desarrollo de la misma. Por ejemplo, un proyecto que busca contribuir a generar conciencia medioambiental en la comunidad promoviendo la educación ambiental, podría tener una disposición muy favorable a sumarse de parte del municipio (en específico de su unidad de medioambiente), de la administración de una reserva ambiental, y de la Corporación Nacional Forestal (CONAF) encargada de administrar los parques naturales del país; y una disposición favorable de los centros educativos. Otros actores podrán quedar simplemente en una posición en la que probablemente no se involucren en el proyecto, por desinterés o por otras razones (habrá tanto interesados como no interesados que no tengan disposición a involucrarse activamente).
Para ubicar a los actores en alguna de las posiciones propuestas, se sugiere llevar a cabo dos procesos consecutivos: a) En un primer momento, hacer uso del conocimiento previo que tiene de los actores identificados el equipo que impulsa la iniciativa. En los contextos locales, usualmente las redes de contacto permiten tener alguna percepción acerca del interés o posible compromiso que podrían tener determinadas personas frente al tema. En este caso, una reunión del equipo para ver caso a caso dónde ubicarían a cada quien es el primer paso; b) Luego de esa reunión, en aquellos casos en que no se tenga conocimiento previo, será necesario llevar a cabo una ronda de conversaciones breves con cada uno, en la que se explique la iniciativa que se espera desarrollar y se les consulte directamente por su interés en ella y en su disposición a involucrarse.
Lo que resulte de este análisis puede graficarse en un esquema que relacione el interés con la dispocición a involucrarse, ubicando a los actores en alguno de los cuatro cuadrantes resultantes. En el “A” estarán los interesados, pero poco dispuestos a involucrarse (ya sea por falta de tiempo o razones de otro tipo); en el “B” los poco interesados y poco dispuestos a involucrarse; en el “C” los interesados y dispuestos a involucrarse; y en el “D” un hipotético espacio en que se ubicarían los poco interesados, pero dispuestos a involucrarse (esta última es una situación improbable). De este modo, sabremos qué actores pueden ocupar una posición de apoyo dado su interés, y con cuáles podemos contar para una colaboración más activa.
Usar gráficos y dibujos para identificar y clasificar a los actores ayuda a la realización y comprensión del mapa, así como a su socialización con otras personas.
La estrategia de acción deberá mantener y reforzar la motivación de los que ya están dispuestos; seducir e intentar convencer a los que están interesados, pero no están dispuestos a involucrarse activamente; y manejar prudentemente la posición de aquellos que no desean compromterse de manera activa.
Los ejercicios de mapeo de actores son esencialmente participativos, en el sentido de que se realizan con la colaboración y participación de los diversos actores que pueden verse involucrados en la iniciativa que se impulsa. Puede haber un primer ejercicio “interno”, a ser desarrollado por el propio equipo de la biblioteca o un pequeño grupo que incluya a funcionarios del gobierno local, que servirá de identificación de la lista de convocados para la realización de un mapeo participativo, más rico en información y certero en el territorio. Para realizar un proceso que incluya a los diversos actores:
En el taller, básicamente describa cuál es el tema y objetivo general de la iniciativa que impulsa la biblioteca y gatille la participación de los asistentes para que identifiquen quiénes son los actores relevantes utilizando los ejemplos de clasificación mencionados. Es importante que después del listado se pueda hacer una jerarquización de cuáles son los actores clave o primarios (aquellos que impostergablemente debe considerar el proyecto), y cuáles los secundarios (aquellos que es deseable que estén, pero sin los cuales el proyecto de todas maneras puede desarrollarse). Esto último dependerá del objetivo concreto que defina el proyecto.
Junto con el mapeo de actores, en la misma reunión es muy útil hacer un breve ejercicio para recoger la percepción que los asistentes al taller tienen acerca de la biblioteca. En este caso, la idea es que los actores del territorio puedan (i) describir cómo perciben la biblioteca (cómo la definen); (ii) cuán cercana o distante la perciben en su vida cotidiana; y (iii) qué expectativas tienen sobre ella (cómo les gustaría en el futuro).
Una manera lúdica y entretenida de hacerlo es agrupando a los asistentes y pidiéndoles que dibujen en una cartulina cómo ellos ven a la biblioteca en la actualidad y cómo la ven en el futuro. Luego de unos 15 minutos, pídale a cada grupo que presente su dibujo explicándolo.
Los productos concretos de este paso son:
Tras el mapeo de actores ya tenemos dos elementos fundamentales de lectura del territorio que nos entregan un panorama general: los temas relevantes y los actores significativos del territorio.
La Fundación Democracia y Desarrollo, en la realización del programa Bibliotecas para tu acción ciudadana ejecutó un Taller de mapeo de oportunidades para la participación, cuyo objetivo fue generar un espacio de encuentro y trabajo entre vecinos de la localidad, para identificar oportunidades de fortalecimiento de la participación ciudadana y de acción conjunta en temas de interés público. Para ello se diseñó un proceso de 4 pasos: diseño, convocatoria, desarrollo y seguimiento de compromisos.